
Cerró la puerta;
Y le minó el silencio indescriptiblemente
Todo dominio sobre si misma.
Le escindió el valor, huesos y piel en la huida
Brotó de su llanto... Una melodía,
Y ejecutó una danza su sombra
Saturada de amargura en sus ondulaciones,
Al ritmo calmo del rechinar de la viga
En que atada a una soga su cuerpo pendía.
1 comentario:
Muy buen poema, se complementa genialmente con la imagen
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